la manteca de corojo proviene de la palma africana y es la manteca que consumen los santos. Pertenece a todos los orishas, menos a Obatalá (por su condición de pureza, se le reemplaza por manteca de cacao), Oshún y Yemayá. Cuando Shangó está enojado con uno de sus hijos, para que se aplaque y le perdone, se bañan sus otanes y los caracoles en manteca de corojo y miel de abeja. La manteca de corojo es un elemento de gran importancia en el culto a los orishas, quienes continuamente la reclaman para su aseo y bienestar. Eleggua, Oggún, Oshosí, Shangó, Babalú Ayé y Oyá, se tienen siempre untados de manteca de corojo. A ciertos alimentos que se les ofrenda se les pasa siempre un poco de epó; al maíz tostado y a los bollos de frijol carita de Eleggua y Oyá; al pan y a la mazorca de maíz azada de Babalú Ayé. En Regla de Congo sólo se emplea para limpiar a Zarabanda (es decir, a los hierros que lo simbolizan). Los nkises y calderos, se frotan también con manteca de cacao.